Trump, la política, la sociedad y el sistema norteamericanos
Es bastante difícil para el argentino común, y aún para los intelectuales que no han profundizado en el estudio de la sociedad y la política norteamericanas, comprender lo que está pasando hoy en día en el país del norte.
Me permito aportar mi humilde opinión acerca de algunos puntos en particular.
¿Por qué tantas protestas y enojo a tan solo un día de haber asumido Trump?
Entre las muchas singularidades que tiene Donald Trump como presidente, se cuenta la popularidad más baja desde que este rasgo comenzó a medirse en el país del norte. Su forma de hablar sin rodeos y sin moderaciones, muchas veces expresando sus ideas racistas, xenófobas, machistas y demás, le han granjeado muchas antipatías. Es por eso que una sociedad tan democrática como la norteamericana, no duda en hacer uso de su derecho a manifestarse y lo hace masivamente. La violencia de dichas manifestaciones es una "cosecha material", fruto de la "siembra verbal" que el propio Trump ha realizado.
El hecho de no ser un político "tradicional" ha tenido:
1°) Un efecto positivo: Trump no temió hablar de temas espinosos (pero importantes para muchos) y lo capitalizó (tanto que hoy es presidente).
2°) Un efecto negativo: le faltó el "tacto" y la "cautela" que un político "tradicional" y con experiencia utiliza para tratar de "seducir" a todos y de no "ofender" a nadie.
¿Como es que ganó alguien tan "impopular"?
Para responder a esta pregunta es menester explicar que convergen muchos factores. Mencionaremos solo algunos de los más importantes.
Comenzaremos diciendo que para la mayoría de los norteamericanos es irrelevante si gobiernan los demócratas o los republicanos. Esto sucede porque las cuestiones más importantes, como el estilo de vida, la forma de gobierno, la democracia y demás, están asegurados, sea quien sea el que gobierna. Las diferencias entre los integrantes de este "bipartidismo" son apenas matices tales como que los demócratas son más propensos a gastar en políticas sociales, lo que a veces perjudica algunos aspectos de la economía, como el gasto público o la inflación.
Comenzaremos diciendo que para la mayoría de los norteamericanos es irrelevante si gobiernan los demócratas o los republicanos. Esto sucede porque las cuestiones más importantes, como el estilo de vida, la forma de gobierno, la democracia y demás, están asegurados, sea quien sea el que gobierna. Las diferencias entre los integrantes de este "bipartidismo" son apenas matices tales como que los demócratas son más propensos a gastar en políticas sociales, lo que a veces perjudica algunos aspectos de la economía, como el gasto público o la inflación.
Los republicanos en cambio siempre se han caracterizado por ser mas ortodoxos en ese sentido, aunque en lo que respecta a la política exterior han sido tradicionalmente más agresivos e intervencionistas.
Pero Estados Unidos ha sido siempre Estados Unidos. Pese a la alternancia presidencial entre demócratas y republicanos, lo esencial en el país no cambia, y las cuestiones fundamentales están resguardadas por "políticas de estado", que tanto los gobernantes de uno como de otro partido tienen que cumplir.
Todo lo expuesto, hace que en un país enorme y de 325 millones de habitantes, apenas entre un 50 y un 55 % de las personas en condiciones de poder hacerlo concurra a votar (allí el voto es un derecho y no una obligación).
Agregado a ello Hillary Clinton y su partido hicieron lo de siempre, evitando temas espinosos sobre los cuales prefieren no pronunciarse o haciéndolo con mucha moderación, como la inmigración ilegal, los delincuentes extranjeros y demás.
Trump colmó las expectativas de gente que reclama cambios en ese sentido y apeló al "nacionalismo"
prometiendo engrandecer al país.
Hizo gran parte de su campaña por Twitter, cuyos 140 caracteres resultan insuficientes para los políticos tradicionales y su discurso lleno de circunloquios, eufemismos y rodeos.
Hizo gran parte de su campaña por Twitter, cuyos 140 caracteres resultan insuficientes para los políticos tradicionales y su discurso lleno de circunloquios, eufemismos y rodeos.
Otro factor muy importante para comprender cómo y por qué ha ganado Donald Trump, es el sistema electoral norteamericano, llamado de voto indirecto, en el cual los electores no eligen directamente al presidente y vicepresidente, sino que en virtud de la cantidad de votos se designan delegados al colegio electoral.
El número de éstos últimos es proporcional a la cantidad de habitantes de cada estado y fue ideado para darle la representatividad que les correponde a los estados más grandes y/o más poblados.
He allí la dificultad de predecir quien puede ganar una elección. Analizaremos a modo de ejemplo la elección en los tres estados más importantes, por la cantidad de electores que asignan al colegio electoral.
California (55 electores), Texas (38) o Florida (29).
En la elección que nos ocupa Hillary Clinton ganó en California por mas de 3 millones de votos de diferencia respecto a su rival, obteniendo 55 delegados.
Trump en cambio, que ganó en Texas por unos 800.000 votos de ventaja y en Florida por apenas 119.770 sufragios más que su rival, se quedó con los 67 electores que suman ambos estados.
Es por ello que al igual que lo sucedido cuando John F. Kennedy fue electo presidente en 1960, Trump fue ungido como primer mandatario tras haber cosechado menos votos y ser menos "popular" que su contrincante.
California (55 electores), Texas (38) o Florida (29).
En la elección que nos ocupa Hillary Clinton ganó en California por mas de 3 millones de votos de diferencia respecto a su rival, obteniendo 55 delegados.
Trump en cambio, que ganó en Texas por unos 800.000 votos de ventaja y en Florida por apenas 119.770 sufragios más que su rival, se quedó con los 67 electores que suman ambos estados.
Es por ello que al igual que lo sucedido cuando John F. Kennedy fue electo presidente en 1960, Trump fue ungido como primer mandatario tras haber cosechado menos votos y ser menos "popular" que su contrincante.
¿Podrá Trump cometer cualquier locura?
Muchos temen que alguien tan controvertido como Trump inicie una guerra, cometa desastres en el país en detrimento de algunas minorías o locuras por el estilo. Debo advertirles que Estados Unidos no es como La Argentina.
Si bien es cierto que administración encabezada por Trump será muy diferente a la de Obama y es muy probable que cumpla sus promesas electorales, allí los presidentes no son "Jefes Supremos" como solemos tener en Argentina. Ello sucede porque allí sí hay democracia (de verdad) y no pseudodemocracia como tenemos aquí. Y lo más importante: Los Estados Unidos de Norteamérica son una República (debo agregar, nuevamente, "de verdad y no como aquí"). ¿Qué beneficios tienen siendo República? Uno de sus rasgos principales es que las atribuciones del Congreso por un lado y del Poder Judicial por el otro, le imponen severos límites a los actos de gobierno del Poder Ejecutivo (es decir, al Presidente, Vicepresidente y a su gabinete de ministros). Allá no existen estupideces ilegales que atentan contra la división de poderes y la República (como los "decretos de necesidad y urgencia", por poner solamente un ejemplo del poco apego argentino a la República y a la Democracia).
Si bien es cierto que administración encabezada por Trump será muy diferente a la de Obama y es muy probable que cumpla sus promesas electorales, allí los presidentes no son "Jefes Supremos" como solemos tener en Argentina. Ello sucede porque allí sí hay democracia (de verdad) y no pseudodemocracia como tenemos aquí. Y lo más importante: Los Estados Unidos de Norteamérica son una República (debo agregar, nuevamente, "de verdad y no como aquí"). ¿Qué beneficios tienen siendo República? Uno de sus rasgos principales es que las atribuciones del Congreso por un lado y del Poder Judicial por el otro, le imponen severos límites a los actos de gobierno del Poder Ejecutivo (es decir, al Presidente, Vicepresidente y a su gabinete de ministros). Allá no existen estupideces ilegales que atentan contra la división de poderes y la República (como los "decretos de necesidad y urgencia", por poner solamente un ejemplo del poco apego argentino a la República y a la Democracia).
El presidente (debo aclararlo porque nacer y vivir en Argentina oscurece) no es el dueño del país, ni del partido, ni del gobierno. Es, aunque elegido por el Pueblo, un mero administrador, que encabeza su gestión en "representación" de éste (porque no pueden gobernar 325 millones de personas) y si a algún presidente (incluido Trump) se le "olvida" hay millones que se lo van a recordar, del partido opositor y del propio, porque allí lo principal es: El País, La Democracia, La libertad y La República.
Allá no se escuchan estupideces tales como "trumpista" o "hillarysta". . Allá son "norteamericanos" algunos de ellos se definen como "demócratas" y otros como "republicanos", pero nadie es tan estúpido como para definirse como "obamista", por ejemplo.
Otra pequeña diferencia con La Argentina:
Si se llegara a comprobar que un presidente desvió fondos públicos en su propio beneficio, o para beneficiar a sus amigos o familiares, o que durante su administración se pagaron obras públicas que no se construyeron, o se cometió cualquier acto de corrupción, no importa de qué partido sea, Los Norteamericanos, tanto los demócratas como los republicanos (tener en cuena que no existen tonterías como obamistas o trumpistas) lo destituyen mediante juicio político o debe renunciar. (Recordar o googlear el caso Watergate).
Además, para distintos aspectos importantes, se crean comisiones en el Congreso, que está integrado por gente competente y que ha hecho carrera política (tener en cuenta que allá no existen aberraciones antidemocráticas tales como listas "sábanas" o candidaturas "testimoniales) Muchos de los legisladores han sido elegidos primero como consejales, luego como alcaldes y hoy son senadores o diputados, siempre ganando elecciones, sin dedo y sin sábana y sin votar a Juan que "está limpio" y/o "mide bien" para que asuma Pedro, que "es chorro" y/o no lo votaría ni la familia. Es muy común que antes de votar a favor o en contra de alguna ley consulten al pueblo de su Estado. (No como aquí que "mandan cómo votar" el presidente, los gobernadores o el partido)
Cabe mencionar que en lo que respecta a su propia seguridad, el presidente debe acatar lo que le indique el Servicio Secreto. Estupideces tales como meterse en una choripaneada a bailar cumbia y saludar planeros, no se le permitirían, por ejemplo.
El tipo puede estar todo lo loco que quiera, pero ahora representa al Pueblo Norteamericano, es su Embajador más importante, y a ningún norteamericano le gustaría que hiciera el ridículo en publico, por ello será obligado a respetar el protocolo acorde a su investidura.
En temas de defensa, deberá consultar y tener en cuenta lo que dice El Pentágono.
En cuestiones que involucran las relaciones internacionales del país más poderoso del mundo, debe consultar al cuerpo diplomático y a sus asesores, hay que tener en cuenta que (nuevamente) a diferencia de La Argentina en la que los cargos en la administración pública son botín de guerra de los políticos, en Estados Unidos los cargos son ocupados por funcionarios de carrera, con capacidad y experiencia y no, por ejemplo, por un sindicalista que puso plata para una campaña electoral. Además, obviamente están los países aliados como Gran Bretaña, Francia y el resto de países de la OTAN, también países como Israel y Arabia Saudita, a quienes no les agradaría para nada ser arrastrados a un conflicto (con China por ejemplo) por tonterías cometidas por Trump.
En cuestiones que involucran las relaciones internacionales del país más poderoso del mundo, debe consultar al cuerpo diplomático y a sus asesores, hay que tener en cuenta que (nuevamente) a diferencia de La Argentina en la que los cargos en la administración pública son botín de guerra de los políticos, en Estados Unidos los cargos son ocupados por funcionarios de carrera, con capacidad y experiencia y no, por ejemplo, por un sindicalista que puso plata para una campaña electoral. Además, obviamente están los países aliados como Gran Bretaña, Francia y el resto de países de la OTAN, también países como Israel y Arabia Saudita, a quienes no les agradaría para nada ser arrastrados a un conflicto (con China por ejemplo) por tonterías cometidas por Trump.
También deberá consultar a su gabinete y a su partido. Además está la opinión pública y la prensa.
En mi modesta opinión, en muy poco tiempo, se notará un cambio muy importante en el comportamiento y el discurso de Trump. A medida que vaya mejorando y si sus actos de gobierno son mesurados, las protestas irán aplacándose. Incluso, y esto depende de lo dicho anteriormente, hasta podría resultar reelecto dentro de 4 años.